Mudarse de ciudad siempre es una decisión que conlleva estrés, ansiedad y sentimiento de nostalgia. Aprende cómo sobrellevar todo este proceso con algunos consejos dados por expertos en psicología.

Los hijos crecen y, con esto, muchas veces deciden mudarse de casa de los padres,  comenzar a vivir una vida por su cuenta y encontrar la anhelada independencia que todo joven añora. El proceso de separación pareciera ser aún más difícil para los padres, quienes sin saberlo experimentan el “síndrome del nido vacío”. Mayo Clinic, en su sitio web, comenta que esto no es un diagnóstico clínico, sino más bien un fenómeno en el cual los padres tienen sentimientos de tristeza y pérdida cuando el único o último hijo se va de la casa. 

En Panamá, es común que muchos jóvenes decidan moverse del interior del país a la capital para adquirir nuevas oportunidades de estudio (carreras universitarias que a veces no existen en las demás provincias) y laborales. Esta es sin duda una decisión que afectará tanto a los padres como hijos y, según la psicóloga panameña Liabeneth Tuñón, un cambio de este tipo representa un impacto emocional muy fuerte. 

“La persona inicia un proceso de duelo por la separación y, a este, se le suma la adaptación a un nuevo estilo de vida independiente. Al superar esta etapa, habrá jóvenes que vivir en la capital les ayude a crecer como personas, crear independencia y encontrar un equilibrio, ya que serán dueños de su tiempo y podrán tomar sus propias decisiones”, aclaró la psicóloga que trabaja en un colegio de educación pre-media en Santiago de Veraguas. 

Por otro lado, la psicóloga considera que para los padres el proceso de adaptación es aún más difícil ya que, además de la ansiedad que crea tener que sustentar al hijo económicamente, se le suma la tristeza y el sentimiento de soledad e incertidumbre cada vez que se piensa en los hijos. 

“Los padres presentan una condición emocional llamada el síndrome del nido vacío, lo cual puede desencadenar estados depresivos, ansiedad, desesperanza, llanto, insomnio, falta de apetito entre otros síntomas, que poco a poco van pasando con el transcurrir del tiempo, la única esperanza del padre es pensar que sus  hijos son independientes, se han marchado para estudiar y prepararse para ser un profesional”, comentó Tuñón durante una entrevista telefónica.

Cómo afrontarlo como padre

Liabeneth asegura que a pesar de ser una situación difícil, es necesario mostrar fuerza y felicidad por los logros que el hijo está alcanzando. De igual forma, la psicóloga brinda unos consejos para afrontar este proceso:

• Evitar expresar tristeza al hijo. En vez de eso, transmite optimismo por la nueva experiencia.
• Aunque el hijo lo pida, no ceder en la tentación de ir por él cuando está nostálgico. Esto solo le impedirá familiarizarse con el nuevo lugar y dificultará el proceso de adaptación.
• Ocupar el tiempo en aquello que tanto deseaba hacer, algo que siempre quisiste estudiar, retoma el contacto con los amigos, salir y disfrutar.
• Recordar que, aunque los hijos se hayan ido de casa, no se han perdido. Se les puede llamar por teléfono o vídeo, visitarlos o planear vacaciones familiares.

Evitar el sentimiento de asfixia 

Es común que los primeros meses el sentimiento de nostalgia sea tan grande que se quiera estar al pendiente de los hijos a cada minuto; es decir, controlarlos a la distancia. Llevar esta actitud creará un sentimiento de asfixia en el joven que puede llevarlo a sentir desconfianza y agobio. La psicóloga asegura que un cambio como este es siempre positivo para el chico, una vez que pase el proceso de adaptación y refuerce la parte emocional, ya que será una persona independiente, dueña de sus propias emociones y logrará crecer como individuo. 

Para impedir hacer sentir al hijo asfixiado cuando está tratando de comenzar a forjar su vida solo e independiente, estos son algunos consejos prácticos que todo padre puede seguir:

• Tratar de evitar conversaciones que le causan desánimo. Es necesario demostrarle el apoyo como padre. 
• Recalcar que se está orgulloso de ellos y que, como sus padres, siempre se estará para lo que necesiten.
• Ganar su confianza y comunicarse con ellos sin exagerar (una vez al día, es suficiente)
• Apoyarlo en sus decisiones.
• Dejar que sea el chico pida que lo visites. Hay que darles la oportunidad de adaptarse y equilibrarse emocionalmente.
• Siempre hablarle con positivismo, amor y recordarle que se está orgulloso de ellos.

La decisión de mudarse de ciudad para empezar una nueva vida siempre genera ansiedad y estrés, y mucho más si se es joven. Sin tener en cuenta la parte económica, el apoyo emocional de los padres hacia los hijos es primordial para lograr un proceso de adaptación tranquilo y sin problemas. De todas formas, Liabeneth Tuñón aconseja visitar un psicólogo antes y después de la separación. “Él te brindará las herramientas, recomendaciones y el apoyo necesario para que este proceso de adaptación sea más tranquilo, menos frustrante y doloroso y así evites cometer errores como padre o como hijo”.