8 Tácticas para educar a tus hijos sin afectar su autoestima

La autoestima es de vital importancia para lograr conseguir una vida exitosa y feliz en los seres humanos.

Una persona puede estar dotada de mucha inteligencia y talento, pero carecer de autoestima, puede resultar un obstáculo para alcanzar el éxito en sus tareas, relaciones y en todas las áreas de la vida que requieran tomar decisiones.

Los padres no pueden controlar todo el entorno que rodea a los hijos, ni tampoco la manera en que les afecta el mismo, lo que sí pueden hacer es darles los medios para poder ser fuertes ante los retos más difíciles y construir los fundamentos de una autoestima sana.

Los niños olvidan muchísimas de las experiencias que viven en sus primeros años, pero los hechos que los marcan para siempre son aquellos relacionados a reforzar su seguridad en sí mismos.

A continuación 8 formas de lograrlo, por medio de una educación positiva.

1. Evitar criticar sus acciones

Cuando un hijo hace algo negativo se debe criticar la acción, no al niño. Por eso el diálogo es una de las herramientas más importantes para educar a los hijos, de allí saldrán los argumentos y la ayuda para explicar las razones por las que una acción es positiva o negativa.

2. Valorar sus esfuerzos

Los elogios son importantes cuando vienen de un padre hacia su hijo, sin embargo, si son exagerados como decir que “es el mejor del mundo” o que “nadie se le compara” puede ser contraproducente, ya que el niño puede generar un ego tan grande que afecte la relación con sus amigos, vecinos y compañeros de escuela, que a la larga generará un efecto negativo en su autoestima.

Hacerle saber que lo apoyan y que valoran el esfuerzo que está haciendo en determinada tarea, es suficiente para generarle la seguridad que necesita.

3. No exigir demasiado

Hay que fijar metas que sean acordes a la edad y las capacidades de los hijos, ya que una meta inalcanzable puede tener un efecto muy negativo. Sobre todo sentimientos de frustración y de baja autoestima al sentir que no sirven para lograr determinada tarea.

Mientras el niño se esfuerza en lograr la meta, acompáñelo y felicítelo en cada paso del camino. Una vez que su hijo alcance la meta, felicite su logro y refuerce su imagen como persona individual y capaz de lograr todo lo que se proponga.

4. ¿Disciplina o castigo?

El castigo solamente le dice a los niños lo que hizo mal, pero no le muestra el camino correcto para corregir sus errores, ni ayuda a tome responsabilidad de sus actos.

La disciplina en los niños implica formación. Por ello, la importancia en ayudarlos a desarrollar un criterio, la conciencia de los límites, el autocontrol, la autosuficiencia y una conducta social positiva.

Frecuentemente, la disciplina es confundida con el castigo, particularmente entre los padres que se valen del castigo corporal para corregir el comportamiento de lo que ellos consideran incorrecto en el niño.

Según la OMS, en un artículo publicado sobre la prevención del maltrato infantil, el castigo corporal puede llegar a destruir una relación. Es humillante para el niño, y puede ocasionarle lesiones físicas y graves trastornos de desarrollo.

5. No caer en el error de etiquetarlos

Los adultos deben tener mucho cuidado con las etiquetas que le dan a los niños, porque pueden condicionarles su carácter y personalidad, consiguiendo solamente que ellos mismos se sientan incapaces en algo, sólo por lo que los demás le han hecho creer que lo son.

Un niño que presenta un mal comportamiento, sea constante o no, es un ser que necesita atención. Esto quiere decir que por sí solo no va poder encontrar respuesta a sus problemas emocionales, de comportamiento o de capacidades.

Por ejemplo, a un niño pequeño que le cuesta aprender a leer en el colegio y que es etiquetado por la maestra o el padre como “incapaz”, es un individuo que crece pensando que jamás logrará ser bueno leyendo a lo largo de su vida escolar.

Lo que sí puede hacer es decirle que es capaz, que utilice su fuerza de voluntad y que tiene una capacidad intelectual suficiente para poder leer bien, si realmente se lo propone, sin importar lo que digan los demás.

6. Mostrarles afecto en todo momento

El afecto es una necesidad vital de todo ser humano y un hijo que fue tratado con amor durante su infancia, tendrá la sensación que es lo suficientemente digno e importante para ser amado y respetado durante todo su crecimiento.

El déficit afectivo conduce a los niños a la inmadurez en el desarrollo como persona, la dificultad para relacionarse de adultos y adolescentes y a la inadaptación social. Además, dar afecto es una garantía a futuro de contar con un adulto pleno en lleno en salud mental.

El cariño se transmite a través de gestos, caricias, abrazos y palabras. A medida que un niño va creciendo recuerda el gesto de sus padres, sus miradas de aprobación y la seguridad de sentirse protegido por ellos.

7. Darles autonomía permitiendo que hagan las cosas solos

Muchos padres sin darse cuenta caen en el error de sobreproteger a los hijos y eso se refleja también en hacer todo por ellos, sin permitir que se esfuercen por lograr sus objetivos.

Como padres, es importante trabajar en la tolerancia al error, en la imperfección de las cosas, en la paciencia e inclusive prepararnos para el fracaso. Al final, el aprendizaje no se lo llevan por haber logrado una tarea en específico, sino en haber aprendido, con independencia, a obtener sus deseos.

8. Celebrar sus triunfos y acompañarlos en sus fracasos

Da a tu hijo tantos elogios como sea posible, siempre que hagan algo correctamente. Cuando un hijo llega a una meta deportiva o consigue un trofeo, es importante tomarse el tiempo de abrazar y expresar el orgullo que siente como padre en ese determinado momento.

Cada familia es única y así mismo, los miembros que la conforman, con normas de convivencia concretas pero hay que intentar que dichas normas sean flexibles y adaptadas a las necesidades de los hijos.

Todas las etapas de la vida son necesarias y traen consigo grandes tesoros que los enriquecen, aunque no exista un manual, a ser padre se aprende todos los días.

Reglas básicas en el juego, la convivencia y la libertad de expresión, son clave para educarlos y aprender unos con los otros, el valor del respeto, el aprecio y el amor incondicional, a la familia, al prójimo y a ellos mismos.

Si quieres tener más información sobre educación, lo invitamos a leer este artículo sobre Los Nuevos Retos Como Padres, Con Las Redes Sociales.